La magia de un desayuno perfecto radica en la combinación de sabor, textura y aroma, y no hay nada más representativo de esto que un waffle casero. Estos discos dorados, con sus característicos cuadros, son una puerta al recuerdo de desayunos familiares y mañanas perezosas. El crujido al morderlo, acompañado de su esponjosidad interior, hace de cada bocado una delicia.
Ya sea que los prefieras con un toque dulce de mermelada, la untuosidad de la cajeta, o simplemente espolvoreados con azúcar glass, son el lienzo perfecto para tus toppings favoritos. Y con esta receta, el arte de hacer waffles en casa se convierte en una tarea sencilla y gratificante.
Ingredientes
- 1 taza de harina
- 2 cucharada de azúcar
- 1 cucharadita de polvo para hornear
- 1/4 cucharadita de sal
- 1 taza de leche
- 2 huevos frescos
- 4 cucharadas de mantequilla derretida
- Azúcar glass, mermelada, miel de maple, cajeta, o lo que quieras para acompañar.
Método de preparación
- Precalienta tu wafflera según las instrucciones del fabricante.
- En un tazón grande, combina la harina, el azúcar, el polvo para hornear y la sal.
- En un tazón separado, bate conjuntamente la leche y los huevos.
- Derrite la mantequilla y resérvala.
- Incorpora gradualmente la mezcla de leche y huevos al tazón de ingredientes secos, mezclando hasta obtener una masa homogénea.
- Añade con cuidado la mantequilla derretida y mezcla hasta integrar bien.
- Vierte la masa en la wafflera caliente y cocina hasta que los waffles adquieran un tono dorado y presenten una textura crujiente.
- Sirve al instante, añadiendo tus complementos favoritos: mermelada, cajeta, miel de maple o frutas frescas. Para un toque final, espolvorea con un poco de azúcar glass.
Fotografía principal cortesía de Joyful
